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jueves, julio 14, 2011

Ronaldo, el búfalo de Montjuïc

Si la jornada de aquel 25 de agosto de 1996 comenzó con la satisfacción blanquiazul por haber ganado su 'Ciutat de Barcelona' al Real Madrid en Sarrià (con goles de Benítez y Francisco) y siguió con el susto de leer en la prensa que el recordman mundial de natación Alexander Popov había sido apuñalado en Moscú, acabó con una frase, a la postre, premonitoria de Joan Gaspart, al que no se le ocurrió otra cosa que exclamar: "Con el tiempo, Ronaldo saldrá barato". No se equivocó el 'vispresident' porque apenas diez meses después el Barça hizo un negocio financiero tan espectacular como nefasto deportivamente con su venta al Inter por casi el doble de lo que había costado...

Pero aquella noche estival quedará para el imaginario barcelonista de una época difícil a la vez que apasionante por la felicididad que significó descubrir a un futbolista llamado a hacer historia. Fichado un mes y medio antes en Atlanta, Ronaldo debutó con el Barça en dos fugaces apariciones de 25 minutos durante el trofeo Gamper ante San Lorenzo e Inter, pero fue ante el Atlético de Madrid, en la ida de la Supercopa de España, cuando su presencia pasó de ilusionante a desbordante.

El estadio de la montaña olímpica no se llenó y, seguro, los que no se decicieron a esa excursión debieron (o deben aún) arrepentirse. 'Este tío es un búfalo' se escuchó decir en las gradas de Montjuïc viendo como se llevaba el balón como una locomotora entre Santi, Bejbl, Solozábal o López. Todavía tocada la moral por lo que el Atlético había significado la temporada anterior, el nuevo Barça de Robson encaró esa Supercopa con la intención de avasallar de principio a fin, y el equipo del doblete sufrió en carne propia la explosión de ese jovenzuelo que tanta alegría dio en su efímera etapa blaugrana.

Veinte minutos antes de comenzar el partido Antón Parera (el que luego pasó a la historia con el "Chusín, el precio lo pongo yo") confirmó el fichaje de Fernando Couto mientras entre risas Gaspart felicitaba irónicamente a Jordi Cruyff al conocer que en Old Trafford el repudiado hijo del repudiado Johan había marcado aquella tarde un gol con el Manchester United (ante el Leicester en la tercera jornada de la Premier). Pero cuando a las nueve y media de la noche Fernández Marín dio inicio a esa ida de la Supercopa nada ni nadie fue capaz de restarle un ápice de protagonismo al nuevo crack.
A los cinco minutos recibió un pase simple de Giovanni que convirtió en un corto sprint para soltar un zambombazo raso que sorprendió a Molina. Primer gol y primeras admiraciones. Con Prosinecki en el banquillo y Guardiola de mariscal, el barcelonismo intentaba aparcar el divorcio latente por lo sucedido pocos meses antes y el segundo gol, de Giovanni, a la media hora, pareció dar paso a esa felicidad que el tiempo demostró falsa.

Aquella noche, sin embargo, fue la culminación de un amor a primera vista entre el hincha y el crack. Bajando a recibir a la línea de tres cuartos, Ronaldo convertía cada aparición en una exhibición de talento y fortaleza y la abierta sonrisa de Núñez en el palco junto al orondo y nunca suficientemente denunciado Jesús Gil demostraba la excitación del universo blaugrana ante el futuro inmediato. Con todo, Ronnie dejó para la segunda parte lo mejor de su repertorio, especialmente en la parte final cuando el Atlético llegó a poner en duda la superioridad local.

Fue con la entrada en escena de Iván de la Peña que comenzó a fraguarse una 'sociedad' que pudo dar mucho y poco acabó dando. Parecieron entenderse sin mirarse y mostraron hacerlo sonriéndose, sobre todo en una jugada excepcional del brasileño por la banda del área en la que dejó clavado a Geli con un regate seco e inesperado en la línea de fondo que dio paso a una asistencia al cántabro para sentenciar el 4-2 antes de que en el último minuto redondease su mágica presentación con un gol a placer tras una jugada digna del mejor Kaká llevada a cabo por aquel Giovanni que también mostró de lo mucho que era capaz.

El Barça sentenció la Supercopa con un 5-2 de ensueño que despertó admiración y temor a partes iguales. "Esto es solo el principio" atinó a decir sonriente después Ronaldo, eufórico y feliz.
Aquel 25 de agosto de 1996 no fue un domingo cualquiera. Michael Schumacher, a los mandos de un Ferrari, venció el GP de Bélgica en Spa por delante del líder y futuro campeón del Mundial Jacques Villenueve; pero lo trascendental, deportivamente hablando, fue el descubrimiento al mundo de un nuevo 'Fenómeno'. Llamado a reinar en el fútbol, Ronaldo convirtió su presentación oficial como barcelonista en una fiesta que en el mundo globalizado de hoy habría sido universal. Quien tuvo la fortuna de disfrutarlo en vivo en Montjuïc, seguro, nunca podrá, ni querrá, olvidarlo.

Campo: Estadi Olímpic de Montjuïc, 37.500 espectadores.
FC Barcelona: Vítor Baía, Luis Enrique, Nadal (Abelardo 50'), Popescu, Sergi, Guardiola, AMor (De la Peña (68'), Giovanni, Figo, Stoichkov (Pizzi 72') y Ronaldo.
Atlético Madrid: Molina, Geli, Santi, Solozábal, Toni, Bejbl, Simeone (Vizcaíno 45'), Pantic, Roberto (Aguilera 45') (López 68'), Kiko y Esnaider.
Árbitro: Fernández Marín. Amonestó a Popescu, Figo y Luis Enrique del Barça y a Simeone, Santi, Vizcaíno, Geli, Esnaider, López y Molina del Atlético.
Goles: 1-0, Ronaldo (5'). 2-0, Giovanni (31'). 2-1, Esnaider (37'). 2-2, Pantic, de penalty ( 57'). 3-2, Pizzi (73'). 4-2, De la Peña (75'). 5-2, Ronaldo (89').

martes, julio 12, 2011

Mariano Bombarda, el principio del fin


Dos de agosto de 1994. El Dream Team de las cuatro Ligas acaba de llegar a Holanda para iniciar un stage que marcará el inicio del fin. Nadie lo sospecha todávía pero la ausencia del rebelde Romario, borracho de éxito en Río tras conquistar el Mundial, aventura un curso más difícil todavía. Huído Laudrup y aterrizado Hagi en su lugar aquel comienzo de pretemporada marcó el futuro, un futuro que acabaría, 21 meses después, con Cruyff saliendo del club a golpe de insultos.

Aquel dos de agosto de 1994 lo comenzó Johan a la suya, enviándole un recado envenenado a un Romario que ya había avisado que no volvería a Europa, al menos, hasta dentro de dos semanas. "Ya ganamos tres Ligas sin él, así que si decide quedarse en Brasil femomenal porque haremos el negocio del siglo" le disparó desde el aeropuerto de El Prat Cruyff. A la llegada a Doorwerth, cuartel general del stage, nada parecía amenazar la paz de la plantilla... En pocas horas llegarían los terremotos.

Aquel día en que Bittor Alkiza fue traspasado por la Real Sociedad al Athletic por 225 millones de pesetas, oscureció con el argelino Nourredine Morceli batiendo el record mundial de los 3000 metros en Mónaco, recortando la marca del keniata Moses Kiptanui hasta dejarla en un tiempo de 7'28'96. Dos días antes, en el mítico estadio de Sestrieres, Sergei Bubka había sumado un centímetro más a su colección de records de pértiga hasta los 6,14 pero la maravilla la había protagonizado Mike Powell, al que solo el viento apartó de igualar legalmente su record mundial de longitud con un salto vertiginoso de 8,95 metros. Eran los días en que rivalizaba con un tal Carl Lewis...

Pero para el Barça el dos de agosto era el inicio del primer curso sin Zubizarreta y sin Laudrup y en su primera prueba, en el Oostepark de Groningen, comenzó a contemplarse la posibilidad de que el Dream Team fuese era historia. Aquella tarde holandesa debutó con mando en plaza Carles Busquets en la portería y en poco más de media hora un equipo de la media tabla holandesa ganaba al subcampeón de Europa por 4-0. Un tal Mariano Bombarda, nacido en Cádiz y crecido en Argentina en la cantera de Huracán, debutaba con los verdiblancos del Groningen, al lado de Erwin Koeman, el hermano del héroe de Wembley. Y ese tosco delantero, cuya carrera no pasó después precisamente a la historia, se erigió en la primera piedra que sufriría a lo largo del año Busquets. El meta de los pantalones largos se comió dos goles y en un tercero quedó en evidencia al pretender regatear a un contrario, Schreuder, que provocó el pasmo general al acabar el balón en el fondo de la portería.

4-0 al descanso y unas caras en la tribuna de alucine solo comparables con el espanto con que los jugadores blaugrana acogieron en el vestuario la bronca de Cruyff. De ese 4-0 se pasó a un 5-5 final tan alocado como extraño. Con Jordi Cruyff marcando por partida triple y Gica Hagi dejando muestras de su excepcional calidad... y, también, de su muy poca adaptación al juego de conjunto del Barça.

La jornada acabó con una mítica rajada de Johan, en la que condenó sin contemplaciones a los integrantes del once inicial. "La primera parte me ha dejado muy claro quien es quien en este equipo" advirtió el holandés minutos antes de que los teletipos (en aquel entonces internet o las redes sociales ni se sospechaban) escupiesen unas declaraciones de Laudrup hiriendo más si cabe al barcelonismo al afirmar que "me he integrado mucho mejor al Real Madrid que en el Barcelona". También aquel dos de agosto de 1994 se dijo que Moses Malone había llegado a un acuerdo con el Iraklis de Grecia... Aunque todo quedó en nada porque el legendario pivot acabó firmando un último contrato con los San Antonio Spurs. La NBA todavía era un mundo aparte.

Pero lejos de Salónica, de Sestrieres, de Mónaco, Madrid o Barcelona, en Groningen, empezó a caminar el Barça triomfant de las cuatro ligas. Aquel verano de 1994 fue el inicio del fin y en las habitaciones del hotel de Doorwerth donde se alojaba el Barça, la noche del dos de agosto algún integrante de aquella plantilla comenzó a entender que nada es eterno. La gloria, desde luego que no.

Campo: Oostepark, 22.000 espectadores.
FC Groningen: Lodewijks (Roorda 45'), Boekweg, Veenhof, Erwin Koeman, Gall, Beerens, Schreuder (Hamming 65'), Roossien (Boudesteijn 24'), Bombarda, Kooijman y Sion.
FC Barcelona 1ª parte: Busquets, Geli, Nadal, Koeman, Sergi, Bakero, Ekelund, Amor, Escaich, Delgado, Begiristain.
FC Barcelona 2ª parte: Busquets, Sánchez Jara, Abelardo, Guardiola, Goikoetxea, Iván, Quique, Eusebio, Hagi, Jordi y Stoichkov.
Goles: 1-0, Bombarda (6'). 2-0, Schreuder (12'). 3-0, Schreuder (21'). 4-0, Bombarda (33'). 4-1, Jordi (51'). 4-2, Hagi (53'). 4-3, Jordi (70'). 4-4, Hagi (72'). 5-4, Bombarda (76'). 5-5, Jordi (81').